FRAGMENTO DE “SUSURROS DE MÉXICO”
(GENTE Y PAISAJE MEXICANO)
Por Waldemar Verdugo Fuentes*.
Publicado en Papel
Vegetal (ver Hemerografía)
GENTE
MARÍA SABINA / ANTHONY
QUINN / MARÍA FÉLIX
ELÍAS NANDINO / MARIO
MORENO "CANTINFLAS"
GUADALUPE
"PITA" AMOR / LINDA CHRISTIAN
SALVADOR ELIZONDO /
JUAN RULFO,
y un RECADO A LUCHA VILLA.
PAISAJE
EL TEMPLO MAYOR DE
MÉXICO. / TEOTIHUACÁN. / TEPOZTLÁN. / PUEBLA DE
LOS ÁNGELES.
GUANAJUATO / OAXACA /
MONTE ALBÁN. / MITLA. / LA ZONA MAYA.
/ EL SEÑOR Y NEZAHUALCÓYOTL, y una mínima RELACIÓN DE
LOS CABOS.
ILUSTRACIONES:
Portada:
Alumbramiento, escultura Azteca en piedra encontrada en el Templo Mayor.
Talladores de la Escuela de Citlalmina.
Fragmentos de
Publicaciones de Esta Obra en Papel Vegetal.
Fotos para esta obra tomadas por los fotógrafos que se indican en Palabras al Lector.
Collages del autor.
PALABRAS AL LECTOR
De lo azteca no se
habla, se susurra, afirmé hace muchos años en uno de los escritos que forman esta
obra “Susurros de México”, y es en este mismo sentir que convoco estas gentes y
paisajes: encuentros con María Sabina, Anthony Quinn, María Félix, Elías
Nandino, Mario Moreno "Cantinflas", Guadalupe "Pita" Amor,
Linda Christian, Salvador Elizondo, Juan Rulfo, y apuntes de lo que vi en el
Templo Mayor de México, en Teotihuacán, Tepoztlán, Puebla de los ángeles,
Guanajuato, Oaxaca, Monte Albán, Mitla, la Zona Maya, Toluca y la Baja
California. Entrevistas y crónicas publicadas en papel vegetal entre 1980 y
2000 en diversos medios de América, que se cita junto a le fecha de edición en
la Hemerografía final. El nuevo milenio ha obligado a los países a examinar su memoria histórica. El conocer las personas de una época es acercarse a esa época, porque los iconos que inventamos a imagen y semejanza de nuestros sueños y deseos son el reflejo más fiel de los pueblos. Debo decir que he vivido no poco tiempo en México (unos diez años en tres épocas), y sin dudas, obedeció al Hacedor de caminos, porque me hice mejor. Pude conocer estos convocados enormes que me toca en suerte narrar rescatando aquí mi modesta impresión de María Sabina, aunque solamente quien llegó a su presencia en Huautla de Jiménez allá en Oaxaca, puede saber lo que se siente: ella no leía como nosotros, pero podía consultar el Libro Blanco que es todos los libros. De la humildad de María Sabina, que legó a la ciencia médica varios remedios que hoy ayudan a toda la humanidad, de ella aprendí que si los hombres observamos cuidadosamente nuestra realidad, descubrimos que la realidad es fabulosa. De su conocimiento se ha escrito tanto, que sólo puedo decir que quien llegó a su presencia, necesariamente se hizo más silencioso. Hablo aquí de Guadalupe "Pita" Amor, que fue mi vecina varios años en la Plaza Washington que bifurca las calles de Londres y Dinamarca en el Distrito Federal, y que había llegado a la sabiduría cuando la conocí. Según creo, quien lea alguno de sus poemas no puede dejar de percibir la musicalidad que recorre el orden que da a las letras: sus sonetos son patrimonio de la música. “Pita” se hizo inmortal cantando a viva voz su creación en la Zona Rosa, a la manera de los antiguos juglares que iban por las ciudades como un tren despertando las almas; me honró durante los años que viví en México con su amistad: permítaseme incluirla aquí en honor de la crítica mexicana, que me concedió por ella el Premio Nacional de Periodismo Cultural en 1987, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes, un honor quizás inmerecido que me acompañará toda la vida. La actriz María Félix es la mujer más bella que he visto. Ella no aceptaba grabadoras, pero estaba absolutamente dispuesta a ser fotografiada un día entero. En lo personal, tengo con la Doña una deuda de gratitud porque la pude visitar no pocas veces en su mansión de Ciudad de México, donde siempre invitaba a sus amigos a jugar a las cartas. También pude compartir con ella unas veces en casa del amigo común que nos presentó, Ernesto Alonso, el célebre inventor de las telenovelas mexicanas, que nos traía para beber vino chileno. Ella fue conmigo siempre cordial: la primera vez que la vi, luego de conversar casi todo el tiempo, ante su grupo de amigos rodeándola, concertamos una primera entrevista invitándome a su casa al otro día; al final de la reunión me despedí de ella con un beso; luego Alonso comentó que hacía cuarenta años que la conocía, y era muy rara la vez que dejaba que la besaran al despedirse, citando varios bochornos históricos (incluido un Presidente de su país). Por considerar que la refleja más completa, esta visión de María Félix que aquí reproduzco suma entrevistas que publiqué con ella en las décadas de 1980 y 1990, en México (Vogue) y en Chile (Caras).
El bufo Mario Moreno en plan de entrevistado intimidaba a cualquiera. La primera vez que le vi, enviado por Vogue, confieso, nunca pensé ser recibido de tal forma por "Cantinflas": sentado detrás de un enorme escritorio antiguo barnizado de caoba, inmenso, muy propio, envuelto en luz difusa detrás de sus gruesos lentes ópticos; seriamente vestido de corbata y tonos oscuros. Él tenía sus oficinas en la parte alta de un edificio ubicado en Insurgentes Sur, México D.F., que cobijaba en su primer piso y subterráneo un club nocturno memorable, también de su propiedad; estaba aburrido de que lo entrevistaran, aunque siempre era cordial. Otras veces pude verlo en plan más descansado; a su casa fui un par de veces en reuniones en que pude conocer a otros artistas mexicanos como Lola Bertrán, Lucha Villa, María Victoria, Carmen Salinas, a la actriz cubana Ninón Sevilla y la actriz de Argentina Rosita Quintana. Un año de esos le dieron un premio a Vogue y me tocó en suerte ir a recibirlo, acompañado de la actriz Angélica Aragón, con quien conservo una cálida amistad. Allí vi por última vez a "Cantinflas" a quien se le rendía homenaje, siempre animoso, muy amable como era en verdad. En 1983 publiqué la primera entrevista con él, que aquí incluyo, sumándole encuentros posteriores publicados desde entonces, además de conversaciones con otros artistas que actuaron con él, de su época, con empresarios que lo trataron en sus inicios, optando por estructurar el escrito con apuntes que acaso puedan ser de utilidad a quienes investigan el origen del teatro popular en nuestros países de América.
Del célebre escritor Juan Rulfo no escribí sino diez años después de haberlo conocido, en 1972, en Santiago en la vieja casona de la Sociedad de Escritores de Chile, cuando apenas intercambié dos palabras con él, en un homenaje que se le rendía entonces con la presencia de María Luisa Bombal, la maestra chilena autora de una obra breve que Rulfo apreciaba. Me atreví a publicar un acercamiento formal sólo cuando lo volví a encontrar en México, casi una década después. Desde entonces nunca dejé de escribir acerca de él notas de rigor, hechas de encuentros concertados o fortuitos, relectura de sus obras y murmullos. Entrego aquí cuanto sé de Juan Rulfo, a quien en Chile leemos desde niños.
De cada una de estas personas recibí varias sugestiones provechosas. Para el escritor Elías Nandino el mal lenguaje estaba condenado a producir, además, malos gobernantes. Del maestro Nandino rescato aquí un comentario suyo mientras Nadine Markova le hacia fotos para esta entrevista: “Antes me quemaba sobre los cuerpos ardientes, y ahora me quemo sobre mis ardientes recuerdos... Nací en 1900. Me agrada que digas que poso muy bien. Es que a mis años solo puedo hacer el amor con la mirada”. Con el escritor Salvador Elizondo fue este en esencia un encuentro premeditado para Vogue, y debo decir que su amabilidad hizo olvidar que el nuestro era practicar un mero ejercicio periodístico. Con algunas de las personas aquí convocadas me unió una amistad con música de fondo, como con la actriz Linda Christian, que en muchas oportunidades me ha dio muestras de su calidez: en California y en la Ciudad de México me cobijó en su hogar y pudimos compartir horas de amable solaz. De Anthony Quinn guardo un recuerdo amable porque su cortesía era la del hombre que no tiene que probar nada a nadie. Aquí incluyo un recado a la maestra Lucha Villa, en afán de rescatar un trazo amistoso de mi vida, permítalo el amable lector en honor de una de las voces musicales clásicas de México, según creo.
Debo agradecer en México a mis editores en papel vegetal: sin el apoyo decidido de cada uno de ellos ahora no sería posible dejar este encuentro con Gente de México en manos del amable lector; en particular, debo mencionar a Hilda O'Farrill de Compeán, Eligio Valencia Roque, Guillermo Chao Ebergenyi, Elvira Mendoza, editores a cuyas órdenes trabajé y mucho aprendí. Estas entrevistas no fueron realizadas en el afán de convertirlas en un libro: esto es casual, sólo obedece al Hado. El Hado es un misterio tan profundo que sólo lo entiende el lector. Tampoco fue premeditada la elección de los fotógrafos que me acompañaron: Nadine Markova, Patricia Alizau, Max Clemente, Sergio Yazbek, Juan Coria, David Eisenberg, José Miguel Prieto, Felizardo Búrquez, Jorge Domínguez, y el caricaturista argentino Olito, cuyo dibujo que hizo para mi entrevista a “Cantinflas” ha sido muy elogiado y forma parte de su arte singular. En todos los casos agradezco su buena disposición; colaborarnos fue regido por la orden de trabajo, y el azar permitió un tiempo de rara comunión: el apoyo de estos profesionales me permite decir que aquí se trata de un grupo de la estirpe de personas que rigen su vida por la práctica del oficio.
No dudo en afirmar que escribir lo que merece ser escrito sobre cada uno de estos personajes requiere de mucho más espacio, y requiere haber conocido muy bien a la persona. Y a varios de ellos no conocí lo suficiente (¿a quién se conoce tanto?); sin embargo, tuve en presencia de cada quien aquí reunido una cierta experiencia plástica sobre el sentido de la vida; entonces, éste es apenas un intento de compartir con el lector una situación concreta. Este modo esencialmente periodístico de aprender de las experiencias de la minoría viene, evidentemente, de una de las funciones básicas de la escritura: la de examinar las costumbres inmediatas, la de percibir un reflejo del ser vivo. Que quien lea sepa que está leyendo acerca de un ser real. Tal cual cuando salieron estas entrevistas publicadas originalmente en manera individual, como entonces, ahora reunidas no me pertenecen, son del lector ocasional. Algunos de los convocados aquí ya no viven con nosotros, se han devuelto a la distancia, vayan a su memoria dedicadas estas palabras.
MARÍA SABINA MAGDALENA
GARCÍA
ANTHONY QUINN
http://anthonyquinn-entrevista.blogspot.com
MARÍA FÉLIX
http://mariafelix-entrevista.blogspot.com
ELÍAS NANDINO
http://eliasnandino-vogue.blogspot.com
MARIO MORENO “CANTINFLAS”
http://cantinflasenvogue.blogspot.com
GUADALUPE “PITA” AMOR
http://guadalupeamor-entrevista.blogspot.com
A LINDA CHRISTIAN CON UN BESO
http://linda-christian-vogue.blogspot.com
SALVADOR ELIZONDO
http://salvadorelizondo-vogue.blogspot.com
JUAN RULFO
http://juanrulfovogue.blogspot.com
RECADO A LUCHA VILLA
http://luchavilla-vogue.blogspot.com
Premio Nacional de Periodismo Cultural del Instituto Nacional de Bellas Artes de México, 1987.
Jurado: Ethel Krauze, Guillermo García Oropeza y Braulio Peralta.
Ha obtenido el Premio Literario del Consejo Nacional del Libro de Chile (2004) y del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile (2011).
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